Profesores: Alberto A. Fernández González y Claudio Palavecino L.
Ayudante: Sergio Cortés P.

TALLER F+P
Todo proyecto surge de un bagaje de conocimientos y condiciones iniciales, las cuales suelen ser impuestas por un externo, y pueden entenderse en principio como limitantes que impiden desarrollar lo que verdaderamente se quiere, o como oportunidades que desafían dichas constricciones iniciales. Sin embargo, cuando estas restricciones son autoimpuestas, implican un desafío mayor que es enfrentase con algo que se conoce a cabalidad, ejercer una acción crítica respecto de lo que uno ha diseñado y con esto, cuestionar cómo estos elementos se validan.
Para el trabajo en el taller, se han extraído una serie de restricciones para diseñar basadas en proyectos desarrollados anteriormente por los estudiantes y que hubiesen sido utilizadas recurrentemente por ellos, ya sea que fuesen exitosos o no los semestres previos, las cuales se compilan en un libro de instrucciones. Estas reglas son independientes entre sí, no tienen un motivo o sugerencia sobre cómo o para qué deben ser utilizadas, sino que han sido expresadas como simples reglas, escritas con la precisión y ascetismo de un manual técnico. El lugar de cada proyecto se concibe como una restricción adicional sintetizada en un video del lugar asignado aleatoriamente.

Cada proyecto se inicia con un conjunto de restricciones generada a partir del proceso antes descrito, construyendo un set de 66 componentes de uso compartido para este taller, llegando finalmente a 3 restricciones por cada grupo las cuales son utilizadas en el desarrollo de la propuesta definitiva. Esta compilación reconoce que en cada estudiante reside un conocimiento único, en el que las obsesiones de diseño individuales generan un constructo mayor, propiedad de todos quienes aportan a esta.
De la misma forma que las condicionantes de trabajo con las que uno enfrenta el diseño de un proyecto son arbitrariedades, condiciones que escapan de todo control o tendencia que uno desearía; enfrentarse a reglas construidas a partir de proyectos propios implica enfrentarse con las arbitrariedades propias, que tuvieron sentido en un tiempo y contexto distinto del actual. En este sentido, un proyecto logra el éxito cuando controla y redirige dichas arbitrariedades en un diseño coherente. Construir una regla, expresarla con claridad y convertirla en un componente útil para los demás, es en esencia hacer claro y preciso un proceso que no siempre lo es.

Bajo esta lógica, el inicio de un proyecto a partir de componentes preexistentes genera un código sobre el cual iniciar las propuestas de este semestre, derivando el proyecto hacia una dirección incierta respecto a lo que normalmente se desarrolla en un proceso de diseño en la academia, donde semestre a semestre cada propuesta comienza “desde cero”. El uso de estos componentes colectivos como materia prima del taller propone finalmente una metodología de diseño recursivo incremental en el tiempo; es decir, en el que cada regla singular actúa reiterativamente como modificador del proyecto, y que por cada iteración en que se utiliza, genera una capa de información nueva que colabora con el conocimiento colectivo en diseño de este taller.

Sobre estas bases, las reglas con que se trabajó en taller se deben entender como aceleradores del proceso de diseño o “shortcuts” ya que obligan a clarificar y tipificar este conocimiento difuso con el que suele iniciarse un proyecto, actuando como herramientas que demarcan toda acción entre el diseñador y los componentes tectónicos, sin mediaciones, idealizaciones o desvíos. En segundo término, permiten un enfrentamiento con aquellas ideas, recursos y fórmulas que se conocen, y que requieren ser revisadas y reinterpretadas si se quiere llevar el diseño más allá de sus límites iniciales. Es decir, definen un marco teórico que tipifica y consolida aquello que se sabe sobre arquitectura, pero que al explicitarlo y hacerlo público se convierte en un problema, ya que entrega herramientas y recursos; pero estos sólo son válidos en cuanto sean utilizados fuera de las convenciones y limitaciones en las que fueron planteadas inicialmente.

Sin explicitarlo, la principal instrucción del taller es utilizar las reglas desde la perspectiva de quien no quiere repetir mecánicamente la manera como estas fueron planteadas. Tanto el registro audiovisual como el libro de instrucciones utilizados son catalizadores de innovación en el diseño en la medida que se utilizan desde sus márgenes, desde la fusión y encuentro de reglas o desde el momento en que lee entre líneas aquello que no se quiere seguir de estas. En estricto rigor, las restricciones del taller plantean certezas al mismo tiempo que obligan a la incertidumbre respecto de sus resultados, y cuya única posible acción admisible es diseñar. Los resultados obtenidos finalmente mantienen una relación parental con sus componentes iniciales, dando muestras claras de la evolución de estas mediante la interacción en el proceso.

Residencia para deportistas

Ivan Andrés Soto Silva

Torre Inés de Suárez

Nicolás Andrés Silva Soto

Gravity El Llano

Tamara Seguel

Gravity

Pietro Sala

Complejo educacional

Natalia Ramírez

Residencia para deportistas en el Estadio Nacional

Macarena Platt

Parque Vertical

Valeria Pasten Mellado

Pueblito del Parque O´Higgins

Karina Ovalle

Centro Recreativo Recoleta

Martita Molina

Patio De Comidas – Punto de Encuentro Franklin

Renato Leyton

Torre Inés de Suárez

Dannery Andrea Elizondo Donoso

Hostal Deportivo O’Higgins

Patricio Felmer Plominsky

Centro cultural | deportivo Mall Florida Center

Carolina González

Centro Recreativo Recoleta

Silvia Hojas Marincovich

Centro comercial + Oficinas + Residencia En Alameda/Padre Hurtado

Jesús Lavados

Centro comercial + Oficinas + Residencia En Alameda/Padre Hurtado

Nelly Leiva Mardones

Centro Cultural Deportivo Mall Florida Center

César Leonardo Aravena Muñoz

Patio de comidas

Guillermo Esteban Avendaño Corvalán