El proyecto consta de un Centro de Creación para jóvenes, formulado como una instancia complementaria de aprendizaje, con un programa distribuido en cuatro edificios con una forma similar a una roca, explorando tanto la capacidad del material hormigón como su cobijo y contención interior. Cada edificación se encuentra caracterizada con distintas espacialidades que propicien a través de éstas el espacio de creación, hallándose interconectados con una pasarela, que capta el flujo de las personas provenientes de la costanera.

Los bloques actúan consolidando el terreno donde están insertos, conformando un parque que actúa alimentando el flujo al programa como antesala de llegada a los edificios, formando una interconexión a nivel de suelo, y también como remate de la costanera Arturo Pratt, en un carácter más público.