El proyecto plantea la problemática de la pareja como un campo independiente, replanteándose cada aspecto determinante en el quiebre emocional de la pareja, guiados por un destino claro y jerárquico, la eternidad. Para dicho problema, se plantea un gran volumen que se proyecta hacia el horizonte, y que en el trayecto sufre diversas fragmentaciones que darán origen al programa terapéutico, y de servicios. Bajo este volumen principal : el terreno emocional en tratamiento, un terreno irregular, abarcable y hundido que serán los patios de cada sala de terapia. Por último las habitaciones serán guiadas con ejes claros hacia los distintos enfoques que plantea el terreno de punta de tralca, abordando la quebrada como una posibilidad de generar espacios aislados visualmente.