Pasaje Rojo

  • Estudiantes: Juan Gubbins Correa

Santiago desde la época de los 80, ha sido escenario de un aumento de la población de prostitución teniendo como la formación de cuatro sectores distribuidos por la ciudad (Barrio el golf, barrio Providencia, calle 10 de Julio y calle San Antonio). El arriendo clandestino de departamentos y la falta de lugares establecidos para el servicio sexual, tiende a la transgresión de usos cotidianos en dichas zonas. La intendencia junto a la municipalidad de Santiago, han desarrollado la discusión en torno a la creación de un solo gran barrio rojo que pueda solucionar la problemática.

Al existir un uso rojo establecido en los sectores consolidados, se concluye que la implantación de dicho Barrio rojo oficial, sectorizado a una zona (Parque O’Higgins) no funcionaria debido a la no movilidad de las trabajadoras sexuales en los lugares ya consolidados. Mediante la lógica de micro urbanismo, nace la contra respuesta e un pasaje rojo en la zona norte de la calle San Antonio. Un espacio destinado a combinar la instancia de preparación y culminación del servicio buscando solucionar y establecer un correcto funcionamiento del comercio sexual en el lugar definido y por otro lado  la aceptación urbana del rubro.

De la casa Marika, Glenn MurcutT, se rescata la manipulación del limite logrado por el uso de persianas y muros empalillados. De la casa #8 de los Eames, se rescata la división de programática en dos volúmenes, el sistema constructivo y la simplificación de los recintos. Se busca poder hacer un juego controlado entre lo que se muestra y lo que se esconde del edifico. Por otro lado, se soluciona la conexión  de un uso comercial con un uso residencial mediante un tipo y solución ya implementado en el centro de la ciudad (pasajes), se provoca la conectividad peatonal del proyecto con su lugar de emplazamiento.