Paseo comercial en altura Estudiantes: Marco Martini Bozzo En la ciudad moderna, la preferencia que se le da al automóvil por sobre a los peatones, en cuanto al espacio destinado a cada uno de estos, ha sido la causa de múltiples problemáticas. Al quebrar la ciudad y dividirla en diferentes zonas con el mínimo contacto entre ellas, se genera el problema de la segregación (espacial, programática, social, cultural, etc) y esta trae consigo el deterioro del espacio público cercano (evidenciándose mayormente en los bordes) y la desconexión entre los habitantes de la ciudad. La solución más común que se implementa en las autopistas son las pasarelas, estructuras que dan solución a la desconexión entre los bordes, permitiendo el paso, pero no responden a la contigüidad espacial (contacto entre elementos) que es factor clave para a los problemas de segregación entre los habitantes, ya que su falta de interacción provoca desconfianza entre los habitantes, lo que potencia la segregación de los bordes. Además las pasarelas traen consigo sus propios problemas, el más importante es el de la inseguridad, por la iluminación, dimensiones y otros factores propios de la estructura, la cual fue pensada como elemento vial (dando preferencia al automóvil y no al peatón). Por lo que pasa a ser un no-lugar, ya que los usuarios no se apropian del espacio, el cual solo se utiliza como tránsito entre un punto y otro, lo que lo trasforma en un “objeto” de transito más que un espacio urbano. Lo que se busca con el proyecto es darle identidad a estas estructuras peatonales, generando la conexión entre “objeto”, contexto y usuario, para transformarlas en un espacio público que permita dar una solución, a escala de barrio, a los problemas de segregación de los bordes. Para esto se propone la pasarela como un espacio común de intercambio e interacción de los habitantes del sector, de manera que se logre reestablecer la contigüidad por medio de un espacio urbano intermediario entre los bordes.